Introducción

La maraca en Venezuela ha estado presente principalmente entre nuestros pueblos originarios. Se la usa para acompañar la danza, como juguete entre los niños, y para invocar, sanar y limpiar en las manos del chaman. Este pequeño y poderoso instrumento venezolano, está compuesto por tres elementos de la naturaleza: el mango o palo, extraído de maderas de árboles silvestres; la tapara o calabaza, fruto de una planta trepadora con el mismo nombre y originalmente africana; y por último, semillas de capacho (planta Achira) o semillas de Espuma e ́ Sapo (planta silvestre) que van dentro de la tapara y son comúnmente encontradas en Latinoamérica.

Because it is an idiophone instrument, the maraca produces sound through the vibration of its own body, by the impact of the seeds in its interior against the walls of the bell when it is shaken, generating a dry and forceful sound. In addition to resonating when shaken, when we hold the maraca and make repeated circular movements with the wrist, we get the seeds to generate friction against the walls of the bell, producing a sound with greater sustain, similar to the sweep of a broom, for this reason is called escobilla’o by several people.

Con el pasar de los años, la maraca en Venezuela se fue incorporando a expresiones musicales de distintas regiones, convirtiéndose en un instrumento de acompañamiento casi imprescindible, variando su técnica de ejecución de acuerdo a las regiones y géneros que la han adoptado. Es por ello que en la región de los llanos venezolanos, la ejecución de la maraca se asemeja al galopar del caballo, es decir, los golpes de las semillas contra la tapara al sacudirla son mayormente secos o staccato, con un eventual uso de la técnica del escobilla’o que explicaremos con detalle en este método.

A diferencia de la ejecución en los llanos venezolanos, en el oriente de Venezuela la maraca emula el sonido del mar con el uso prominente del escobilla’o; mientras que en el centro del país, el uso de esta técnica es escaso y el sacudido de las semillas es menos staccato o contundente que en los llanos, logrando que su ritmo funcione como guía principal de los bailadores. La maraca también se puede apreciar en los diversos ensambles de tambores afro-descendientes del país, y es generalmente tocada por los cantantes, quienes para llevar el pulso, utilizan una sola en vez de dos como en las regiones antes mencionadas.

La maraca venezolana es fundamentalmente un instrumento popular. Tal vez por esa razón, hasta la fecha no se había fijado una escritura musical académica específica que permita conocer a profundidad todo su lenguaje. La manera más directa de aprender a tocar este instrumento es principalmente por tradición oral, así como también observando, escuchando, y descifrando a grandes cultores maraqueros quienes, gracias al acervo cultural y a la tradición familiar de sus pueblos, lo tocan de manera muy genuina y magistral. Insignes maestros maraqueros venezolanos como: Santana Torrealba, Máximo Teppa, Pedro Aquilino Díaz “Mandarina”, José Pérez, Coromoto Martínez, Trino “Chiche” Morillo, Ernesto Laya, Jorge Linares “Masamorra”, Lorenzo Alvarado, Manuel García, y de la región colombiana maestros que han adoptado la tradición de la maraca venezolana como Gilberto Castaño, Diego Mosquera, William León, Emanuel Contreras, entre muchos otros héroes anónimos de diferentes regiones de Venezuela, han sido y seguirán siendo la guía más importante de la enseñanza y evolución de la maraca en el mundo, brindando a las nuevas generaciones una conexión cultural con las raíces más profundas.

Thanks to the legacy sown by each of these cultists maraqueros, a vital source of inspiration for many performers for decades, the commitment to continue the important educational contributions that allow the expansion of knowledge and evolution of our Venezuelan popular instruments at academic level is born, and that these instruments in themselves, require a rigorous study in terms of vocabu- lary, technique, and history.

In this method 5 Movements are the key, I want to share the experience that helped me understand the traditional techniques of interpretation of the Venezuelan maraca and that led me to the design of a musical script that shows with clarity and discernment the execution of the same for each Venezuelan gender according to the vocabulary and the variations that have been standardized over time.

And when I talk about variations, I emphasize ve basic movements which I consider to be the key to the interpretation of the maraca. Five movements that will become later the own musical discourse of those who dominate them.

Cinco movimientos que mostrarán al estudiante el por qué y cómo nacen los principales ritmos tradicionales venezolanos. Cinco movimientos que no he inventado yo, sino que son el vocabulario de la tradición, y que el estudiante observará en la ejecución de maraqueros venezolanos quienes han dedicado su vida a este instrumento.

Personally, I make a special mention of the expert Juan Ernesto Laya “Layita”, who taught me a lot of the basic knowledge of maracas in workshops taught by the Ensamble Gurru o: Aprende y toca con Gurru o in the year 2000. Years later, after graduating from classical guitarist of the music conservatory Vicente Emilio Sojo in the year 2004, I began to devise exercises that pedagogically allowed me to teach my students the learned language with my teacher Laya and with several of the cultists mentioned in this writing.
An important step if we take into account that at that time no music school in Venezuela had a pedagogical program for teaching or applying theory to this instrument.

It is noteworthy that I’ve put into practice these exercises in various clinics, lectures, courses, and seminars that I have had the opportunity to teach around the world, and where the development and learning of the participants has been satisfactory in a large percentage. Especially at the Simón Bolívar Conservatory (Ccs-Vzla) where I teach from 2014, at the Venezuelan Music seminar organized by Venezuelan percussionist Fran Vielma at the Berklee College of Music (Boston-USA) in 2014, and at the ” Venezuelan Creole Music “(Mirecourt-France) produced by maestro Cristobal Soto, in which I participate since 2015, among others.

Con respecto a la escritura de la maraca venezolana, en el transcurso de los años me topé con obras venezolanas para orquesta donde hay parte específica para las maracas como lo son los conciertos para guitarra de Antonio Lauro, las obras de Evencio Castellanos, La Cantata Criolla de Antonio Estévez, La Fuga con Pajarillo de Aldemaro Romero, y el Concierto para Maracas y Orquesta Pataruco de Ricardo Lorenz, por nombrar algunas. Al leerlas, me percaté de que su escritura no era del todo idiomática, por lo que tenía que interpretar y adaptar a la técnica e idiosincrasia de las maracas venezolanas lo que el compositor quería decir y que la escritura no lograba transmitirme.

Es por ello que en 5 Movimientos son la clave, propongo la escritura musical para las maracas venezolanas en un bigrama, ya que, dentro de la gran familia de instrumentos de percusión, la maraca es uno de los pocos que produce sonido con el movimiento del brazo tanto hacia arriba como hacia abajo. Por ende, el movimiento que sube forma parte de la frase rítmica.

En el bigrama que sugiero, la línea superior representa la mano derecha, y la inferior la mano izquierda, muy similar a la escritura del piano en dos claves: clave de Sol mano derecha, y clave de Fa mano izquierda. De esta manera, se logra separar visualmente la poliritmia de las dos maracas al momento de ejecutar sus movimientos. Aunado al bigrama, asigné a cada movimiento un símbolo que define cuál de los cinco que describo se usará en cada figura.

Finally, I’d like to mention that one of the main objectives of this method is that these ve movements and their combinations, show how traditional Venezuelan basic rhythms are accompanied, and in addition, how they link or make connections that allow the performer to go from an accompaniment pattern to a variation, and then return without interrupting in any moment the rhythmic stability, sound, or movement of the arm or wrist. I would also like to add that this method applies not only to the genres of the Venezuelan music, but it can also be used to incorporate this sublime and powerful instrument to any musical culture of the world.

Hands on the maracas!

Manuel Alejandro Rangel


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